No soy quien para dar consejos, ni tú tienes por qué escucharlos.
Solo pretendo compartir mis experiencias como escribidora.
- Escribe mucho. Parece obvio, pero no siempre escribimos tanto.
- Lee, todavía más. Sobre todo, en tiempos muertos (cuando no hay inspiración).
- Revisa y corrige todo lo que escribas. Varias veces. No solo uses el corrector del Word, ten a mano un diccionario. Repasa las reglas de la ortografía y de la gramática, puedes tenerlas oxidadas.
- Haz lecturas en voz alta de tus textos. Si puedes, graba.
- Deja reposar tu narración un tiempo. Vuelve a leerla con distancia.
- No dudes en eliminar todo lo que estorbe. Es doloroso, pero necesario. Más tipex y menos tinta.
- Evita la complejidad (frases largas, uso de adverbios, etc.) en favor de la claridad.
- Huye de lo grandilocuente. Preferible que te tilden de simple que de pretencioso.
- Sé honesto contigo mismo y con los demás.
- El manuscrito que has hecho te ha costado tiempo, esfuerzo y energía, pero solo es un borrador. De momento.
Por supuesto, asesórate. La red te facilita el acceso a los recursos que puedas necesitar (talleres, informes de lectura, documentación de todo tipo para aportar verosimilitud a tu obra, diccionarios, etc.). La biblioteca, visita obligada.
Unos consejos muy sensatos, Laura 🙂
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Con la escritura es fácil desnortarse. Por eso no sobra recomendar sensatez. Gracias, Rubén, por estar siempre ahí. Manuel nos sonríe.
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Vaya que sí, repasar, releer, utilizar la voz, no tener prisa… en ello estoy. Muy buen decálogo, Laura
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En ello andamos, Petra… Gracias por tu consideración. (A veces imagino cómo sería una concentración de todas las personas que escribimos en la sombra, tipo encuentro de moteros…)
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buenas soy Dairelys ,y gracias por tus consejos ,medan una buena perspectiva.
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