Sobre mí


 

IMG_6535 (2)
A pie de calle en Barcelona. La foto la disparó mi hermana Marianne en abril 2015.

 

Me llamo Laura Antolín, hija de Isaac y Cecilia.

Nací el 14 de junio de 1961, así que soy bastante mayor, y géminis.

¿De dónde? Asturiana criada en Bruselas (por eso hablo francés).

En 1975 regresamos a España donde estudié el Bachiller.

Empecé a pintar siendo muy chica, y por azar lo que hacía gustó. Realicé numerosas exposiciones individuales y colectivas, y durante años la pintura fue mi sustento. 

Pasé una temporada en Madrid donde expuse en plena «movida», pero entonces yo todavía estaba quieta.

Trabajé de au pair en París en otoño de 1981 (no habían inventado el Erasmus). Ahí conocí a Julio Cortázar. Para mí lo más.

Me licencié en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo en 1985.

Fui la encargada de la Sala Borrón en Oviedo, que exponía arte joven.

Formé parte del colectivo musical Mu, con quien ofrecí performances y pintura de escenario en teatros españoles y franceses.

Pasé una temporada en un circo recorriendo La Mancha.

Luego me instalé en Barcelona donde seguí pintando, sobre todo a pie de calle.

En 1998 regresé a Asturias y conocí a mi marido, que venía de Polonia a trabajar en las minas de carbón leonesas y asturianas, que ya agonizaban. Tuvimos un hijo.

Cuando el niño cumplió seis, nos vinimos a un pueblo de Cataluña por su trabajo. Allí, en Suria, pueblo que vive de la explotación de minas de potasa, nos quedamos 12 años. Si añado los 5 que viví en el barrio marinero de Barcelona, suman 17 en Cataluña (por eso también hablo catalán).

En esos vaivenes las lecturas me ayudaron a no perder (del todo) el Norte; desde que recuerdo siempre hubo libros a mi alcance. Un día decidí ponerme a escribir relatos de autoficción.

Hasta ahora he publicado dos novelas cortas: «Callejón con salida» y «Un mono en la despensa»; un libro de relatos «Sal al cuento», una obrita de teatro «Sin vuelos» y el cuento «Dos caminos». En curso nuevos proyectos literarios. 

Suelo participar en talleres narrativos; hace nada me recibí como correctora de estilo y soy diplomada en lenguas francesa y catalana.

Todavía pinto, por no perder la mano, y a veces expongo, aunque mi obra ya no está a la venta.

Por ahí ando de escribidora, aprendiz de escritora (oh, pero la escritura, ese arte complejo que retrata la vida, el amor o la muerte). Sin ninguna pretensión, sino es la de encontrar lectores, contar cómo la viví… Seguir creando mis mundos de estilo naif, mis libros caseros y mi colección de libros emplumados.

Mi sombra siempre es peluda, un perro que me sigue: antes Ruso, ahora Rocky.

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑