Amordazada


Sigo rumiando sobre lo que escribiré ahora, más allá del diario.

Yo tengo un fantasma que se llama autocensura. Supongo que todos lo tenemos. No me refiero estrictamente a la conciencia, va más allá de una misma. No es el límite de lo que debo decir o callar, si no las alambradas que los demás me impongan. Tampoco el corsé de lo políticamente correcto, aunque algo de eso hay.

Quiero decir que hay un montón de cuestiones de las que, tal vez, me gustaría hablar o solo mencionar de pasada… pero no me atrevo…

Es una putada porque se supone que hay libertad de expresión y todo eso, pero es un espejismo más y lo sabemos.

Así que habrá que escribir entre líneas o callar. Estoy debatiéndolo conmigo misma, con la voz apagada.

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