Busca la palabra

Busca la palabra, está en el diccionario. ¿Cuál? El que tengas a mano, el que mas rabia te dé. Pero, ¡búscala! Porque existe, esa palabra que tienes en la punta de la lengua, esa que debería salir de una vez por todas de la punta de tu lápiz. Está ahí, esperándote, agazapada en alguna de las páginas de ese libro gordo, que suspira aburrido y polvoriento, abandonado en la estantería entre cachivaches y fotografías enmarcadas. ¡Solo espera que alguien la saque del borrador! Si te da pereza recitarte el alfabeto o levantarte para buscar ese libro, en la red está el diccionario, todos los diccionarios. No hay excusa. (Al final, te dejo unos enlaces, por si.)

No se trata de pillar la primera palabra que te salga al paso. Pudiera ser una advenediza. O una cualquiera. Tampoco es caso de estrenar una, solo porque te haya parecido rimbombante. Por mucho que te suene sofisticada si no sabes con exactitud lo que significa o si no forma parte de tu vocabulario, se te notará el pelo de la dehesa. Pero si te apetece, aun así, adoptarla, ¿por qué no?, siempre hay una primera vez para todo… Antes de probártela, quítale la etiqueta. O repítela varias veces, como cuando éramos chicos, hasta que se convierta en tu boca en ese chicle sin sabor de tanto mascado. Si has decidido usarla, dale un aclarado para quitarle el apresto. Algunas de esas palabras que una vez te parecieron raras acaban de fondo de armario.

Si la palabra encontrada traduce humildad o suena como una babucha de andar por casa, no pasa nada: todas tienen el mismo derecho de voz y de voto.

La palabra, todas las palabras. A ellas me encomiendo.

Te esperan en:

Buscapalabra

Y, cómo no, en los diccionarios de toda la vida, el de la Real Academia de la Lengua Española; el de María Moliner; y otros.